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PAS: El Yoga como Refugio

Las personas altamente sensibles (PAS) experimentan el mundo con una intensidad extraordinaria. Donde otros perciben un simple atardecer, ellas contemplan un espectáculo de colores que resuena en su interior. Donde otros escuchan una melodía, ellas sienten cada nota vibrar en su ser.

Esta sensibilidad, lejos de ser una debilidad, es un don que permite una conexión más profunda con la vida. Sin embargo, en un mundo acelerado y estimulante, también puede suponer un desafío a veces abrumador.

El Yoga como Santuario

Para las personas altamente sensibles, el yoga ofrece mucho más que simples posturas físicas. Representa un refugio donde su sensibilidad es honrada como una fortaleza, no como una fragilidad.

En la esterilla, las PAS encuentran:

Un espacio para la autorregulación: La práctica de asanas permite gestionar el sistema nervioso, especialmente importante para quienes procesan los estímulos con mayor intensidad.

Una conexión consciente: A través del pranayama (control de la respiración), las personas sensibles aprenden a canalizar su percepción aguda hacia estados de mayor equilibrio.

Límites saludables: El yoga enseña a reconocer y respetar los propios límites, esencial para quienes tienden a absorber las energías externas.

Práctica Adaptada para Corazones Sensibles

En YUJ entendemos la naturaleza única de cada practicante. Para las personas altamente sensibles recomendamos:

  • Iniciar con prácticas suaves como Yoga Restaurativo o Yin Yoga, que nutren el sistema nervioso sin sobrecargarlo.
  • Prestar especial atención a la respiración, creando un ancla para momentos de sobreestimulación.
  • Desarrollar una práctica regular que proporcione estructura y previsibilidad.

Recordad que vuestra sensibilidad es un superpoder. El yoga no busca «curarla», sino honrarla y ayudaros a gestionarla con mayor consciencia y amor propio.

Como expresó Danilo Hernández: «El yoga nos permite habitar nuestro cuerpo con plena consciencia». Para las almas sensibles, esta consciencia es el camino hacia una vida donde su extraordinaria percepción se convierte en su mayor fortaleza.

En palabras del poeta Rainer Maria Rilke: «Las cosas más valiosas no pueden ser comunicadas; suceden en un espacio donde la palabra nunca ha entrado.» Las personas altamente sensibles habitan ese espacio donde las palabras no alcanzan, y el yoga ofrece un lenguaje sin palabras para expresar lo que sienten. El yoga ofrece un lenguaje sin palabras para habitar esa profundidad con plena consciencia.

El objetivo no es disminuir la sensibilidad, sino aprender a gestionarla para convertirla en una fortaleza.


Si te identificas como una persona altamente sensible, quizás la práctica del yoga pueda ofrecerte herramientas valiosas para honrar esa sensibilidad. El camino de autoconocimiento siempre está abierto para quien desea recorrerlo.

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