
En los últimos tiempos, hemos sido testigos de un fenómeno interesante en el mundo del yoga: la proliferación de técnicas que prometen experiencias inmediatas y transformadoras relacionadas con la energía kundalini. Desde YUJ, como espacio dedicado a cultivar y compartir la esencia del yoga, sentimos la necesidad de reflexionar junto a ti sobre este tema, apoyándonos en la sabiduría de maestros como Swami Satyananda Saraswati y Danilo Hernández, quienes nos han dejado enseñanzas profundas sobre el verdadero significado del camino espiritual.
El camino espiritual: más allá de lo extraordinario
Hay una verdad que Swami Satyananda Saraswati compartía con especial énfasis y que resuena profundamente en nuestra época: el camino espiritual no necesita estar constantemente salpicado de experiencias extraordinarias. No hace falta ver ángeles ni luces deslumbrantes en cada meditación. De hecho, esta búsqueda constante de lo extraordinario puede convertirse, sutilmente, en una forma de evitarnos a nosotros mismos, de escapar de la riqueza que existe en la simplicidad de nuestra práctica diaria.
La tradición yóguica nos habla de nuestra naturaleza como un tejido complejo y hermoso, entrelazado por tres cualidades fundamentales o gunas:
- Sattva: nos trae claridad mental, equilibrio y comprensión profunda. Se manifiesta en momentos de paz y lucidez.
- Rajas: nos impulsa con su energía y dinamismo. Es la fuerza que nos mueve a la acción y nos permite manifestar nuestras intenciones.
- Tamas: nos ancla con su inercia y, también, nos permite descansar y regenerarnos. Nos conecta con aspectos más densos pero necesarios de nuestra naturaleza. Como un río que fluye por diferentes paisajes, nuestra práctica atraviesa momentos de luz y de sombra, de actividad y de quietud. La verdadera maestría no está en eliminar ninguna de estas cualidades, sino en aprender a danzar con todas ellas, encontrando su armonía natural.
La kundalini: un despertar que merece respeto
Cuando hablamos de kundalini, nos adentramos en un territorio sagrado de la tradición yóguica. Esta energía, presente en cada ser humano, requiere un acercamiento respetuoso y consciente. No es algo que podamos o debamos forzar en su proceso natural de desarrollo. Su despertar es un proceso natural que florece a través de una práctica constante y dedicada, nutrida por la constancia, la paciencia y el autoconocimiento.
El yoga como un viaje de descubrimiento
El camino del yoga, tal como nos lo presenta Patanjali, es como un jardín con ocho senderos entrelazados. Estos ocho aspectos fundamentales del yoga son:
- Yamas: los principios éticos que guían nuestra relación con el mundo
- Niyamas: las disciplinas personales que cultivan nuestro autoconocimiento
- Asana: las posturas físicas que fortalecen y purifican el cuerpo
- Pranayama: el trabajo consciente con la energía vital a través de la respiración
- Pratyahara: el recogimiento de los sentidos que nos prepara para la interiorización
- Dharana: la concentración que enfoca y estabiliza la mente
- Dhyana: la meditación que nos lleva a estados más profundos de consciencia
- Samadhi: la realización o integración suprema
Cada uno de estos senderos nos ofrece sus propios tesoros, sus propias lecciones y descubrimientos. No son simplemente escalones que debemos subir apresuradamente para llegar a la cima; son espacios de exploración y crecimiento que merecen ser habitados y saboreados en su totalidad.
En la combinación de todos ellos está todo el beneficio que el yoga nos puede aportar.

El espejismo de la inmediatez
Vivimos en una época que nos empuja constantemente hacia la gratificación instantánea. Las redes sociales, la tecnología, la publicidad… todo parece prometernos resultados inmediatos con el mínimo esfuerzo. Sin embargo, el yoga nos susurra una verdad diferente: la transformación auténtica requiere tiempo, paciencia y dedicación constante. Las experiencias extraordinarias pueden surgir en el camino, pero no son el objetivo ni la medida de nuestro progreso espiritual.
Nuestra visión desde YUJ
En YUJ entendemos el yoga como un camino de autodescubrimiento que abraza todas las facetas de nuestra experiencia humana. No buscamos solo los momentos de éxtasis y claridad, sino que aprendemos a trabajar con toda nuestra naturaleza, incluyendo nuestras sombras y resistencias. Como nos recuerda Swami Satyananda, es precisamente en la danza armoniosa de las tres gunas donde encontramos el verdadero crecimiento psíquico.

Una invitación al viaje interior
Te invitamos a explorar el yoga como un camino integral, donde cada paso, cada respiración y cada momento de práctica tiene su propio valor. Un camino que honra el proceso natural de desarrollo espiritual, que cultiva la paciencia y la aceptación, y que busca el equilibrio en lugar de la perfección.
La verdadera transformación no siempre viene vestida de espectáculos llamativos. A menudo se manifiesta en los pequeños momentos: en la paz que surge después de una práctica regular, en la comprensión más profunda que nace del silencio, en nuestra creciente capacidad de estar presentes con todo lo que la vida nos trae.
Desde YUJ, te invitamos a recorrer este camino con nosotros. Un camino que no promete atajos ni experiencias instantáneas, sino la oportunidad de un autoconocimiento profundo y gradual a través de la práctica constante. Porque el yoga no es un destino que alcanzar, sino un viaje que vivir con consciencia, paciencia y amor.
En las palabras de Swami Satyananda: «La naturaleza humana es una combinación de las tres gunas. El descubrimiento de nuestra dimensión psíquica comienza con una comprensión de nuestra naturaleza sátvica, rajásica y tamásica. Cuando están en armonía, eso es crecimiento psíquico.» Te invitamos a explorar esta armonía en tu práctica, respetando tu proceso único y personal.