Bhagavad Gita y el Yoga Contemporáneo: El Carro de la Conciencia

Orígenes y Contexto

La Bhagavad Gita, cuyo nombre significa «La Canción del Señor», ocupa un lugar único en la historia espiritual de la humanidad. Este texto de aproximadamente 700 versos se encuentra inserto en el épico Mahabharata, una de las obras literarias más extensas de todos los tiempos, atribuida al sabio Vyasa.

Considerado uno de los textos espirituales más importantes de todos los tiempos, hace un tiempo le dedicamos precisamente un post titulado ‘Los Tres Mejores Libros Jamás Escritos‘.

Se estima que la Gita fue compuesta entre los siglos V y II a.e.c., aunque sus enseñanzas reflejan una tradición oral mucho más antigua. El texto surge en un período crucial de la historia india, cuando las tradiciones védicas estaban evolucionando hacia formas más accesibles de espiritualidad, y diversas corrientes filosóficas como el Samkhya, el Yoga y el Vedanta comenzaban a cristalizarse.

El escenario dramático del texto es el campo de batalla de Kurukshetra, donde dos familias emparentadas, los Pandavas y los Kauravas, están a punto de enfrentarse en una guerra fratricida. El príncipe Arjuna, uno de los cinco hermanos Pandava, se encuentra paralizado por un dilema moral: ¿cómo puede justificarse matar a parientes, maestros y amigos, incluso en una guerra considerada justa? Es en este momento crítico cuando Krishna, su auriga y amigo (quien es en realidad una manifestación del Divino), le imparte las enseñanzas que constituyen la Bhagavad Gita.

La importancia histórica y espiritual de la Gita trasciende fronteras culturales y religiosas. Ha sido estudiada y venerada no solo en la India, sino en todo el mundo, influyendo en figuras como Ralph Waldo Emerson, Henry David Thoreau, T.S. Eliot, J. Robert Oppenheimer, Albert Einstein y Mahatma Gandhi, quien la describió como su «refugio espiritual» y la consultaba diariamente.

Lo que distingue a este texto es su capacidad de sintetizar diversas corrientes del pensamiento indio en una visión integral. Mientras que algunos textos se centran exclusivamente en el conocimiento, la devoción o la meditación, la Gita presenta una síntesis magistral donde estos caminos se complementan entre sí. No prescribe una única vía para todos, sino que reconoce la diversidad de temperamentos humanos y ofrece senderos adaptados a cada uno.

Para el practicante de yoga moderno, la Bhagavad Gita representa un puente entre la práctica física y la dimensión filosófica. Ofrece respuestas a preguntas fundamentales: ¿Cuál es el propósito de nuestra práctica? ¿Cómo podemos vivir con sabiduría en medio de nuestras obligaciones cotidianas? ¿Qué significa la libertad interior en un mundo lleno de apegos y aversiones?

En esencia, este texto milenario sigue siendo profundamente relevante porque aborda las preguntas que todos nos hacemos, independientemente de nuestra cultura, época o circunstancias personales.

Los Tres Niveles del Conocimiento Yoguico

El yoga que practicamos hoy encuentra sus raíces en una tradición milenaria que se ha transmitido de maestro a discípulo a través de generaciones. En YUJ, siguiendo las enseñanzas de la escuela de Bihar Yoga, abordamos esta sabiduría desde tres niveles fundamentales:

  • Jnana (conocimiento teórico): El estudio de los textos, principios y conceptos que dan estructura a nuestra práctica. Es el mapa que nos permite navegar con dirección clara.
  • Vijnana (conocimiento experiencial): La transformación del conocimiento en experiencia directa, cuando lo que era teoría se convierte en vivencia personal a través de la práctica.
  • Prajna (conocimiento intuitivo): Esos momentos de comprensión profunda que trascienden el intelecto y surgen naturalmente cuando la mente ha sido preparada por una práctica constante.

Estos tres niveles no están separados, sino que forman un continuo en el camino del practicante. En las páginas de la Bhagavad Gita, uno de los textos fundamentales del yoga, encontramos estas mismas dimensiones entrelazadas en un diálogo atemporal entre Krishna y Arjuna.

La Bhagavad Gita: Un Diálogo Eterno

La Bhagavad Gita, o «Canción del Señor», es mucho más que un fragmento de la epopeya del Mahabharata. Este texto constituye una verdadera joya del conocimiento yoguico, comparable en importancia a las Upanishads.

¿Por qué este diálogo entre un guerrero y su auriga ha cautivado a buscadores durante milenios? Porque bajo la aparente narrativa de un conflicto bélico, la Gita aborda los dilemas fundamentales de la existencia humana: nuestro propósito vital, la naturaleza de la acción correcta y el camino hacia la libertad interior.

El escenario no es casual: Kurukshetra, el campo de batalla donde transcurre la acción, representa el campo de nuestra propia conciencia. Este es el verdadero campo donde libramos nuestras batallas más significativas.

El Simbolismo del Carro: Un Mapa del Ser

Quizás la imagen más poderosa de toda la Gita sea la del carro donde Krishna (como auriga) y Arjuna (como guerrero) observan el campo de batalla antes de que comience el conflicto. Esta imagen contiene en sí misma una comprensión profunda de la psicología yoguica:

  • El carro representa nuestro cuerpo físico, vehículo temporal de nuestra conciencia.
  • Los cinco caballos simbolizan nuestros sentidos, siempre inclinados a correr hacia los objetos externos.
  • Las riendas son la mente (manas), que intenta dirigir estos sentidos pero a menudo se ve arrastrada por ellos.
  • El auriga Krishna simboliza buddhi, el intelecto superior capaz de discernir y dirigir con sabiduría.
  • Arjuna es atman, nuestra alma individual o verdadero ser, testigo del proceso completo.

La tradición de Bihar Yoga ha explorado en profundidad este simbolismo, mostrando cómo nuestra práctica de yoga trabaja precisamente en esta dinámica: fortalecer el discernimiento (buddhi) para que pueda guiar adecuadamente la mente (manas), la cual a su vez aprende a dirigir los sentidos en lugar de ser dominada por ellos.

La Gita lo expresa así: «Cuando la mente bien controlada descansa sólo en el ātman, y uno está libre del deseo por los placeres, entonces, se dice que ha logrado el yoga. La llama fija de una lámpara, en un lugar sin viento, es el ejemplo de la mente controlada de un yogī.«

Los Cuatro Senderos como Práctica Integral

Uno de los grandes aportes de la Bhagavad Gita es presentar diferentes caminos del yoga no como alternativas excluyentes, sino como aspectos complementarios de una misma búsqueda. Krishna expone cuatro senderos principales:

1. Karma Yoga: La Acción Consciente

El karma yoga, o yoga de la acción desinteresada, constituye uno de los pilares fundamentales de la enseñanza de la Gita. Krishna insta a Arjuna a cumplir con su deber (dharma) sin apegarse a los resultados de sus acciones. No se trata de renunciar a la acción, sino de transformar su cualidad.

El karma yoga no se limita a realizar «buenas obras», sino que implica una revolución completa en nuestra forma de actuar. Actuar sin que el ego sea el centro de la acción, ofreciendo los frutos de nuestros esfuerzos a algo mayor que nosotros mismos.

En nuestra práctica en YUJ, aplicamos este principio cuando:

  • Realizamos asanas sin obsesionarnos con «lograr» determinada postura
  • Practicamos sin compararnos con otros o con nuestro propio rendimiento pasado
  • Aceptamos las limitaciones del día con ecuanimidad
  • Ofrecemos los beneficios de nuestra práctica al bienestar de todos los seres

La Gita nos recuerda: «Los yogis, desechando el apego realizan acciones para purificarse, con el cuerpo, el pensamiento, el entendimiento e incluso con las facultades purificadas. El disciplinado renuncia al fruto de la acción y alcanza la suprema paz.«

2. Jñāna Yoga: El Sendero del Discernimiento

El jñāna yoga es el camino del conocimiento y el discernimiento. No se trata de acumular información, sino de desarrollar la capacidad de distinguir lo real de lo ilusorio, lo permanente de lo transitorio.

La tradición de Bihar Yoga ha transmitido este aspecto del yoga como el cultivo de viveka (discernimiento) y vairagya (desapego). Este sendero nos invita a cuestionar nuestras identificaciones limitantes: ¿somos realmente nuestro cuerpo, nuestros pensamientos, nuestras emociones?

La práctica de jñāna yoga implica:

  • El estudio de textos tradicionales (svadhyaya)
  • La auto-observación constante
  • La reflexión sobre la naturaleza de la realidad y del ser
  • El cuestionamiento sistemático de nuestras identificaciones y apegos

Este sendero nos enseña a reconocer la diferencia entre el observador y lo observado, entre el testigo inmutable de nuestra experiencia y los fenómenos cambiantes de cuerpo y mente. Como explica la Gita, la verdadera naturaleza del ser (atman) trasciende las modificaciones físicas y mentales: «Nunca nace ni muere; habiendo sido, nunca deja de ser; no nacido, eterno, constante, primordial, no perece cuando el cuerpo es destruido.«

3. Bhakti Yoga: El Camino de la Devoción

El bhakti yoga, sendero de la devoción y el amor, representa la dimensión emocional y afectiva del yoga. Krishna enseña que el amor y la entrega completa constituyen un camino directo hacia la realización.

La comprensión moderna del bhakti yoga debe trascender las interpretaciones religiosas limitantes. La devoción en el yoga no se dirige necesariamente a una deidad externa, sino a ese principio de conciencia universal que puede experimentarse en el núcleo de nuestro propio ser.

En nuestra práctica, el bhakti yoga puede manifestarse como:

  • Actitud de gratitud hacia la tradición y los maestros
  • Entrega y abandono en posturas de rendición como balasana o savasana
  • Cultivo de cualidades como la compasión, el amor y la ecuanimidad
  • Dedicación de los beneficios de la práctica al bien de todos los seres

La Gita expresa la esencia del bhakti yoga cuando Krishna dice: «Aquel que ve con ecuanimidad el placer y el dolor, que habita en su propio ser, que observa por igual un terrón, una piedra y el oro, que permanece imperturbable ante lo agradable y lo desagradable, firme, que considera por igual la censura y el elogio; esa persona me es muy querida.«

4. Dhyāna Yoga: El Sendero de la Meditación

El dhyāna yoga, conocido también como raja yoga, es el camino de la meditación y el control mental. Este sendero aborda directamente el trabajo con la mente, reconociendo que es tanto nuestro mayor obstáculo como nuestra principal herramienta.

En la tradición de Bihar Yoga, este aspecto se desarrolla a través de técnicas sistemáticas de pratyahara (interiorización de los sentidos), dharana (concentración) y dhyana (meditación).

La práctica del dhyāna yoga incluye:

  • Técnicas de pranayama para equilibrar la energía
  • Concentración en puntos específicos (mandalas, chakras, mantras)
  • Desarrollo de la atención testigo (sakshi bhava)
  • Técnicas de yoga nidra para profundizar en estados de conciencia

La Gita describe este estado meditativo como «La llama fija de una lámpara, en un lugar sin viento«, ilustrando la mente que ha alcanzado estabilidad y claridad. Krishna enseña: «Aquel que controla las puertas de los sentidos, que confina a la mente en el corazón, que fija al prāna en la cabeza, y, así se dedica a la práctica del yoga…«

La Síntesis de los Caminos

Uno de los mayores aportes de la tradición de Bihar Yoga ha sido enfatizar que estos cuatro senderos no son compartimentos estancos, sino aspectos complementarios de una práctica integral.

En la experiencia yoguica completa:

  • El karma yoga aporta la acción correcta
  • El jñāna yoga contribuye con el discernimiento
  • El bhakti yoga ofrece la dimensión emocional y afectiva
  • El dhyāna yoga provee las técnicas específicas de trabajo interior

La Bhagavad Gita misma expresa esta integración cuando Krishna dice: «Hay quienes, por la meditación (rāja yoga), perciben íntimamente al Ser; otros, lo perciben por la práctica del discernimiento (Jñāna yoga); otros por el yoga, y otros por el karmayoga (acción inegoísta).«

El Yoga y las Gunas: Comprendiendo la Naturaleza Mental

Otro aspecto fundamental de la Bhagavad Gita que la tradición de Bihar Yoga ha incorporado en sus enseñanzas es la comprensión de las tres gunas o cualidades fundamentales de la naturaleza. Estas tres fuerzas —sattva (claridad, pureza), rajas (actividad, pasión) y tamas (inercia, oscuridad)— operan constantemente en nuestro cuerpo y mente, determinando nuestros estados físicos y mentales.

La práctica del yoga busca primero reconocer qué guna predomina en nuestra experiencia:

  • Tamas se manifiesta como pereza, confusión, resistencia al cambio
  • Rajas aparece como hiperactividad, inquietud, deseo de resultados
  • Sattva se expresa como claridad, equilibrio, presencia

Inicialmente trabajamos para transformar tamas en rajas (activando energía donde hay letargo) y rajas en sattva (transformando la actividad frenética en acción armoniosa). Finalmente, incluso el apego a sattva debe ser trascendido para alcanzar un estado más allá de las tres gunas.

En YUJ, esta comprensión nos ayuda a adaptar la práctica según nuestro estado predominante:

  • Cuando predomina tamas, necesitamos prácticas más dinámicas y estimulantes
  • Cuando rajas es excesivo, benefician las prácticas equilibrantes y canalizadoras
  • Cuando sattva está presente, podemos profundizar en prácticas meditativas

Aplicando la Bhagavad Gita en la Práctica Moderna

¿Cómo podemos integrar estas enseñanzas milenarias en nuestra vida cotidiana? La tradición yoguica nos ofrece un puente entre la sabiduría antigua y nuestra realidad contemporánea, mostrando cómo estos principios pueden transformar tanto nuestra práctica en la esterilla como nuestra vida diaria.

La Práctica de Asanas como Campo de Batalla Interior

En YUJ, cada sesión de asanas puede convertirse en un Kurukshetra en miniatura, un laboratorio donde observamos nuestras tendencias mentales:

  1. Observación de los pensamientos: Durante las posturas, notamos cómo surgen juicios, comparaciones, expectativas. Practicamos ser Arjuna, observando estos ejércitos de pensamientos sin identificarnos completamente con ellos.
  2. Aplicación del karma yoga: Realizamos cada postura con plena atención pero sin apego al resultado. No practicamos para «lograr» algo específico, sino como una ofrenda a nuestra salud integral y evolución consciente.
  3. Cultivo del discernimiento: Aprendemos a distinguir entre el dolor que nos advierte de un peligro real y la mera incomodidad que señala nuestros límites actuales. Este viveka (discernimiento) es la esencia del jñāna yoga.
  4. Entrega en las posturas: Experimentamos bhakti cuando nos rendimos a la gravedad en posturas de relajación, o cuando dedicamos nuestra práctica a algo más grande que nuestro beneficio personal.
  5. Estabilidad mental: Cada asana sostenida con respiración consciente se convierte en una práctica de dhyāna yoga, cultivando la capacidad de mantener la mente enfocada y estable.

Pranayama: Las Riendas de los Caballos

Si los sentidos son los caballos que mueven nuestro carro, la respiración representa las riendas con las que podemos dirigirlos. La tradición de Bihar Yoga ha enfatizado siempre la centralidad del pranayama como puente entre cuerpo y mente.

La Bhagavad Gita alude a la importancia de la respiración cuando menciona que el yogui «fija al prāna en la cabeza«. En nuestra práctica moderna, esto se refleja en técnicas como:

  • Respiración abdominal completa: Calma el sistema nervioso, incrementando sattva
  • Kapalabhati: Activa la energía para superar tamas
  • Nadi Shodhana: Equilibra las fuerzas opuestas, armonizando rajas
  • Kumbhaka (retención): Desarrolla estabilidad y concentración mental

Cada una de estas técnicas actúa directamente sobre el estado de la mente, preparándola para la meditación y demostrando la sabiduría práctica contenida en la Gita.

Meditación: El Encuentro con el Auriga Interior

La culminación natural de nuestra práctica es la meditación, donde experimentamos directamente ese diálogo interno entre Arjuna (nuestro ser individual) y Krishna (la inteligencia superior). La tradición de Bihar Yoga nos ofrece diversas técnicas para esta exploración:

  • Antar Mouna: Observación silenciosa de los pensamientos
  • Yoga Nidra: Relajación consciente que nos lleva a estados más sutiles
  • Ajapa Japa: Meditación en el sonido natural de la respiración
  • Trataka: Concentración visual que desarrolla ekagrata (atención unidireccional)

Estas prácticas nos permiten experimentar gradualmente ese estado que la Gita describe como «Cuando la mente, controlada por la práctica de la concentración, queda aquietada; en el cual uno goza a su propio Ser viéndolo con la mente pura.«

El Yoga como Camino de Vida

Las enseñanzas de la Bhagavad Gita, interpretadas a través de la tradición yoguica, nos recuerdan que el yoga no es simplemente un conjunto de ejercicios o una actividad de tiempo libre. Es un camino completo de vida, una ciencia de transformación personal.

La verdadera práctica no termina al enrollar la esterilla. Se extiende a cada aspecto de nuestra existencia:

  • En nuestras relaciones: Aplicamos ahimsa (no violencia) y satya (veracidad)
  • En nuestro trabajo: Practicamos karma yoga, ofreciendo nuestro esfuerzo sin apego
  • En nuestras decisiones: Utilizamos viveka (discernimiento) para elegir sabiamente
  • En nuestros desafíos: Cultivamos vairagya (desapego) y titiksha (fortaleza)

Este enfoque integral del yoga es precisamente lo que hace que sus enseñanzas, aunque milenarias, permanezcan profundamente relevantes en nuestro contexto actual.

El Viaje Continuo

La Bhagavad Gita concluye con una afirmación poderosa:

«Ciertamente, el yogī que practica asiduamente se purifica de sus faltas; y perfeccionándose durante varias vidas, al final, logra la meta suprema. El yogī es considerado superior a los ascetas, a los hombres de conocimiento, a la gente de acción; por eso sé un yogī. Según Mi opinión, de todos los yogīn, sobresale aquel que, con fe, Me adora con toda su mente absorta en Mí.«

Este pasaje nos recuerda que el yoga es un proceso gradual, no una solución instantánea. La tradición yoguica ha insistido siempre en la paciencia y la constancia como virtudes esenciales del practicante.

En YUJ, tratamos de honrar esta comprensión. No prometemos transformaciones mágicas o experiencias espectaculares. Ofrecemos un espacio seguro donde explorar este camino milenario con honestidad, discernimiento y perseverancia.

La imagen del carro con la que comenzamos sigue siendo nuestro mapa. Cada día de práctica fortalecemos al auriga interior, aprendemos a dirigir mejor los caballos inquietos de nuestros sentidos, y recordamos nuestra verdadera identidad como testigos conscientes de este viaje extraordinario llamado vida.

Con cada respiración consciente, con cada postura sostenida con atención, con cada momento de claridad meditativa, honramos la antigua sabiduría de la Bhagavad Gita y la tradición yoguica que ha mantenido vivas estas enseñanzas.

El yoga que practicamos hoy mantiene viva esta llama de conocimiento, transformándola de teoría (jnana) en experiencia (vijnana) y eventualmente en sabiduría intuitiva (prajna). No es un camino para escapar de la vida, sino para vivirla con mayor plenitud, libertad y conciencia.

Referencias

  1. Bhagavad Gita, traducción de Fernando Tola, 2000, Editorial Biblioteca Nueva.
  2. Satyananda Saraswati, Swami (1996). Asana Pranayama Mudra Bandha. Bihar School of Yoga, Munger, India.
  3. Satyananda Saraswati, Swami (2002). Four Chapters on Freedom: Commentary on the Yoga Sutras of Patanjali. Yoga Publications Trust, Munger, Bihar, India.
  4. Hernández, Danilo (2007). Claves del Yoga: Teoría y Práctica. La Liebre de Marzo, Barcelona.
  5. Iyengar, B.K.S. (2005). Light on Life: The Yoga Journey to Wholeness, Inner Peace, and Ultimate Freedom. Rodale Books.
  6. Sivananda, Swami (1998). Yoga Vedanta Dictionary. The Divine Life Society, Uttarakhand, India.
  7. Satyananda Saraswati, Swami (1998). Sure Ways to Self Realization. Yoga Publications Trust, Munger, Bihar, India.
  8. Niranjananda Saraswati, Swami (1993). Yoga Darshan: Vision of the Yoga Upanishads. Sri Panchdashnam Paramahamsa Alakh Bara, Deoghar, India.
  9. Pellotta, Maximiliano A. (2024). Bhagavad Gita: Una Joya del Yoga, La Sabiduría y La Espiritualidad.
  10. Satyananda Saraswati, Swami (1996). Kundalini Tantra. Yoga Publications Trust, Munger, Bihar, India.

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